10 consejos para comprar una bicicleta infantil

Tallas, tamaños, diámetros de las ruedas… Hay tantas cosas a tener en cuenta a la hora de tomar la decisión de comprar una bicicleta infantil que las hemos reunido aquí para ponerte las cosas fáciles.
Atención, padres: si vais a comprar una bicicleta para vuestros hijos conviene tener en cuenta algunas cosas importantes. Por supuesto, todo lo que os vamos a contar a continuación también es válido para tíos, padrinos y amigos que quieran dar en el clavo cuando regalen una.
En total, diez consejos para conseguir que la inversión valga realmente la pena.
Antes de meternos en tallas, pulgadas y tipos de bicicletas, debemos asegurarnos de una cosa: hay que comprar la bicicleta que les guste a ellos, más que a nosotros. Si les atrae la bici, si les gusta de verdad, si la han escogido ellos, les apetecerá mucho más salir a pedalear.
Haz lo mismo con los accesorios: que les diviertan sin dejar de ser los adecuados para su edad y su comodidad. Y, por último, asegúrate de que la bicicleta es fácil de reparar y mantener, porque la mayor parte de las veces estas son tareas para los padres y te tocará arreglar más de alguna cosilla. Poca cosa, no te preocupes.
Ahora sí, vamos con diez consejos útiles, necesarios y certeros para dar en la diana con las bicis infantiles.
1. La estatura
La elección de la talla de bici adecuada depende de la altura y la edad del niño que la va a usar. Evidentemente. ¿Cuál es la acertada? Algunos fabricantes indican las tallas de las bicicletas para niños a través del tamaño de las ruedas, otros toman como referencia la talla del cuadro. También verás cómo muchos lo dividen por edades. Toma esto sólo como una referencia, porque no todos los niños de una misma edad tienen exactamente la misma altura.
2. El equilibrio
Para los niños que tengan menos de 3 años, se recomiendan las bicicletas de equilibrio, que no tienen pedales. También llamadas «correpasillos», porque les dan libertad para moverse de un sitio a otro por sí mismos usando sólo las piernas.
En muchos casos, este tipo de bicicletas te ahorrarán el sacrificado paso por las bicicletas con ruedines, a los que los pequeños se terminan acostumbrando y luego resulta muy difícil hacer que den el salto a una bici normal.
A partir de allí empezarán a usar los pedales y los frenos, además de seguir mejorando el equilibrio. Irán ganando confianza y la bici terminará siendo parte de ellos.
3. Manetas del freno
Las manetas del freno tienen que ser las adecuadas para que el niño llegue a ellas con facilidad y las pueda accionar sin esfuerzo. Que estén suaves y cercanas al manillar. En eso te podría ayudar cualquier mecánico de bicicletas, y lo recomendable es hacerlo justo en el momento de la compra.
Ten en cuenta que nunca han utilizado un freno y su tendencia natural será poner los pies en el suelo para frenar. Cuanto más sencillo les resulte usar las manetas de freno, mejor. De ese modo aprenderán a detener la bicicleta con seguridad.
4. El cuadro
El cuadro de la bici debe adaptarse a las características físicas del niño, es decir, a su peso y su altura. También encontrarás algunas marcas de bicicletas con un sistema modular que permite modificarlas para que se adapten a sus necesidades, según va creciendo. De hecho, algunas vienen sin bielas ni pedales instalados para que, según vayan pasando los años, puedas añadirlos después, mientras aumentas la altura de la bici.
Aquí adquiere mucha importancia el tamaño de la rueda, catalogado por pulgadas: 16″, 18″, 20″, 24″ y, finalmente, 26″. El tamaño del cuadro suele acompañar al de las ruedas, así que, dependiendo de la altura, tendrás que escoger uno u otro.
Acércate a una tienda especializada donde puedas probar los diferentes tamaños para elegir el más cómodo. Que llegue al suelo con los pies sin problema, pero si le queda un poco grande, mejor. Así crecerá con él.
5. Los cambios
No es necesario que la primera bici de un niño tenga cambios. Incluso tenerlos puede complicar el aprendizaje. Mejor un monoplato y muchos piñones detrás, como llevan muchas bicis infantiles y, por cierto, también muchas de adultos.
El cambio GripShift, que se acciona con toda la mano hacia adelante o hacia atrás, como si fuera un acelerador, es el mejor y el más fácil de utilizar para los más pequeños.
Asegúrate de que tanto los cambios (igual que lo comentado con las manetas de freno) estén suaves y sean fáciles de accionar. Y recuerda que es mejor que cambien mientras están pedaleando. Este punto te costará un poquito. No desesperes.
6. La iluminación
Por normativa, todas las bicis llevan elementos reflectantes delanteros, traseros y en las ruedas, pero en los casos de las bicis para niños es bueno incorporar luces adicionales tanto delante como atrás. Así les hacemos todavía más visibles y aumentamos su seguridad.
Aquí tendrás un buen punto a tu favor, porque no existe ningún accesorio ciclista que les guste más a los niños que las luces. Las hay con forma de araña para los radios de la rueda, las hay que tienen sirenas y sonidos en el manillar, las hay para las muñecas o la cabeza… Vete a una tienda ciclista con ellos y compra algo que les haga ilusión. Puede resultar el punto de juego que necesitan para subirse al sillín.
7. Los expertos
Es importante consultar y seguir los consejos de los vendedores de las tiendas especializadas, que son los que tienen experiencia y conocen los detalles de cada bicicleta.
También pregunta a los mecánicos ante posibles dudas. Cómo «ablandar» un cambio o un freno, cómo subir y ajustar bien la altura del sillín según vaya pasando el tiempo… Acércate a preguntarles o pégales un telefonazo porque, en líneas generales, estarán encantados de ayudarte.
8. El casco
No es negociable: por un tema de seguridad, pero también por normativa, los menores de edad (dependiendo de la localidad, puede ser 16 o 18 años) siempre deben llevar casco. Es clave dar con uno que les quede cómodo para que no se resistan a usarlo. Por eso hay que hacer todas las pruebas necesarias en la tienda, antes de tomar la decisión.
Debe estar bien ajustado a la cabeza, que quede bien firme. Ten en cuenta detalles como la ventilación, si incorporan o no una pequeña visera y si llevan elementos reflectantes.
Si las luces podrían suponer un juego y una motivación para los peques, el casco también puede serlo. Los diseños que hay en torno a la seguridad infantil para la cabeza están repletos de opciones, con formas de animales y colores alucinantes.
Y recuerda: no por ser infantil debería costar menos dinero. La seguridad y la innovación en estos cascos es la misma que en los cascos para adultos. No escatimes en este punto.
9. El aprendizaje
Calma. Tranquilidad ante todo. Elige el lugar adecuado para empezar, no presiones y deja que vaya descubriendo y disfrutando la bici. Valora la posibilidad de apuntarlos a una escuela de ciclismo, que hay muchísimas. Además aprenderán a circular con seguridad.
De cualquier modo, pocos recuerdos se quedan tanto en la cabeza como el momento en el que te enseñaron a montar en bici. Sé paciente, celebra cada logro y disfruta de ese instante en el que, haciendo eses, empiezan a pedalear y a coger velocidad. Es su primer contacto con la libertad.
Por cierto, una cuesta abajo no es una gran idea. Primero conviene pedalear en llano. Ya vendrán los descensos.
10. La indumentaria
Igual que los mayores, los niños necesitan ropa cómoda y de calidad para pedalear. Parece una obviedad, pero se caerán, se mancharán y los pantalones pueden quedar como si hubieran venido de una ruta de varias semanas por el Amazonas.
Que no sea ropa holgada. Los pantalones, bien ajustados al tobillo para que no haya posibilidad de enganchones. Y las mangas, de su talla. Evita sudaderas con capucha o enormes abrigos de plumas. Deben sentirse libres, cómodos y ágiles.