Cómo reciclar cada parte de tu bicicleta

Llega el momento en el que el trastero explota de cosas y te empiezas a preguntar qué hacer con ellas. Piensa bien antes de tomar decisiones apresuradas, y lee este reportaje para que cada cosa sea tratada de manera correcta y podamos reciclar con cabeza todas esas «sobras».
Cualquier ciclista que lleve años pedaleando acumula en su casa piezas, accesorios y componentes que agotaron su vida útil. Y seguramente no sabe muy bien qué hacer con ellos: manillares, cassettes, cadenas, cámaras, cubiertas… ¿Cómo aprovechamos algo de todos esos materiales que hemos descartado hace tiempo y cómo lo hacemos teniendo en cuenta que el cuidado del medio ambiente?
Todos los componentes de aluminio, acero o titanio (cassettes, cadenas, platos, bielas, manillares, potencias, tijas de sillín, ruedas, pedales, frenos, discos de freno, cuadros y horquillas), usados o rotos, se pueden reciclar con relativa facilidad. Si tienen elementos de plástico, hay que hacer el esfuerzo de retirarlos. No siempre es simple, pero es una tarea que vale la pena por su valor ecológico.
Limpia bien todas las piezas lo mejor posible antes de llevarlas al contenedor de metales del punto de limpio más cercano o a una chatarrería. Una simple búsqueda en Google te ayudará a encontrar cualquiera de las dos alternativas.
También hay quienes tienen habilidad para las manualidades y les dan una segunda vida a las partes metálicas de una bicicleta, fabricando lámparas, abrebotellas, pisapapeles, perchas, soportes colgantes y hasta adornos navideños.
Las cubiertas y las cámaras también se pueden reciclar. No hay que tirarlas al cubo de basura porque no se descomponen fácilmente y contienen materiales tóxicos y contaminantes (caucho sintético, negro de carbon, sílice, además del nylon de la carcasa y el acero del aro). Las puedes acercar a un punto limpio, o consultar con las tiendas de bicicletas más cercanas para saber si tienen algún sistema de gestión de cubiertas y cámaras. Schwalbe tiene uno que funciona en Alemania, Austria, Suiza, Italia y Holanda. En España aún está por llegar.
También hay manitas en este punto. Hay mucha gente que hace carterillas, cinturones, gomas elásticas y hasta gorras con las cámaras y cubiertas viejas, pero claro, no todos tenemos ese tipo de habilidades.
El caso de la fibra de carbono tiene sus peculiaridades. Es un gran material para el ciclismo porque es ligero, rígido y resistente. Y porque no tiene fecha de caducidad. Pero se puede romper, claro. Y si eso ocurre, no son tantas las empresas que se hacen cargo de un proceso de reciclaje que es muy costoso y poco ecológico.
Salvo en material deportivo (como palas de pádel) y ordenadores portátiles, la fibra de carbono reciclada no se usa demasiado. No es un problema menor. Es un material muy tóxico que se usa cada vez más en el sector de las bicicletas y cuyo proceso para un correcto reciclaje supone un elevadísimo gasto, tanto económico como energético.