Consejos útiles para los descensos en montaña

El ciclismo de montaña es, desde hace décadas, el que más aficionados aglutina. Y no para de crecer día a día, pero muchos se lanzan a la aventura sin tomar algunas precauciones que consideramos necesarias cuando pedaleamos por terrenos complicados. Conviene evitar disgustos, ¿verdad?
Si eres ciclista y amante de la aventura seguro que te gusta el MTB. Ir en bici por caminos y sendas es de las experiencias más apasionantes que hay en torno al ciclismo, sin duda. Pero también puede volverse peligroso en un instante si no tomamos algunas precauciones.
Lo primero que debes saber es que conviene ser rápido y al mismo tiempo relajado. Es muy común tener tendencia a bloquear los pedales cuando perdemos el control, pero esto aumenta las posibilidades de accidente.
Así que si ves que en una bajada no puedes dominar al 100% tu bici, mantén el pecho fuerte, suelta las articulaciones y deja que los brazos y las piernas se muevan con la bici porque, aunque suene raro, son la mejor suspensión posible. Poco a poco recuperarás el control.
Si has decidido hacer un descenso rápido, es muy importante que tengas en cuenta dos cosas: mirar hacia abajo y ser capaz, al mismo tiempo, de anticipar la línea de trazado, es decir, el camino exacto que van a tomar tus ruedas en los siguientes segundos.
Parece muy complicado pero no lo es tanto. Puedes empezar a menor velocidad hasta que tengas interiorizado todo y, en unos días, acabes haciendo descensos muy pro sin peligro, con una buena velocidad y evitando los obstáculos que puedan provocarte algún problema.
Coloca los frenos en una posición algo más plana. Tendemos a pensar que lo lógico es llevar los frenos como si fueran la continuación de nuestros brazos, y eso puede estar bien durante las subidas o en rutas más tranquilas.
Pero cuando hagas un descenso acuérdate siempre de subir los frenos un poquito, en una posición más plana o neutra, lo que te dará mayor dominio sobre el manillar y el conjunto de la bici.
Baja también un poco el asiento en esas bajadas largas. Si te paras a echar un vistazo, verás que muchas marcas ya incluyen de serie en sus bicicletas el «dropper post», tijas del sillín con un mecanismo hidráulico para poder bajarlas y subirlas con un solo botón en apenas un segundo accionado desde el manillar.
Podrás nivelar tu sillín a la altura adecuada cuando estés en llano o subiendo. Para emprender el descenso, bajar el asiento te dará más libertad de movimientos y más confianza en pendientes pronunciadas.
Acompaña a tu bici con todo tu cuerpo. Sé parte de ella. El uso de piernas y brazos es clave para maniobrar. Si encuentras grandes baches en el camino, presiona con todo tu cuerpo la bici en los huecos y tira de ella para levantarla en las partes altas. Es la manera de conseguir velocidad sin pedalear y te sentirás unido al terreno.
¿Y si salta la bici? Pues que salte. No lo temas. Entrenando y haciendo pruebas en el terreno es posible controlar la bicicleta y acompañar esos movimientos con todo tu cuerpo, aún cuando sean bruscos. Los codos y las rodillas harán las veces de suspensión natural y añadida, haciendo más libres tus movimientos y aumentando el control en tu bajada.
Por último, balancéate, acomódate en la bici. Muévete sobre ella según sea el terreno que estés recorriendo. Juega con tu posición sobre el sillín, equilibrando bien tu peso entre ambas ruedas dependiendo del tipo de trazado. Si llevas todo el peso atrás, la rueda delantera será más inestable y si llevas el peso delante, la rueda trasera perderá tracción.
Es particularmente importante tener en cuenta esto para las subidas: ponte de pie como un pro en los escalones, párate ante ellos y supéralos tirando del manillar. La bici te acompañará si llevas la velocidad y el desarrollo adecuados en cuanto aprietes un poquito el pedal.