Del Sobrarbe al Roncal: una travesía ciclista por el Pirineo

Pedalear por el Pirineo es una auténtica experiencia sensorial. La belleza de esta zona de la Península no solo cautiva la vista, sino también el oído, con el canto de las aves, y el olfato, con el aroma fresco de la vegetación de alta montaña. Este territorio invita a recorrerlo con calma… o con el impulso del pedaleo.
Esta última opción fue por la que apostó el RACC HolaBICI Team, iniciando una travesía para unir dos alojamientos ciclistas como son el SNÖ Bielsa, en la comarca oscense del Sobrarbe, y el SNÖ Isaba, en el valle del Roncal navarro. Una ruta exigente, de 210 km de distancia, en la que se cruzan parajes que ponen a prueba la resistencia física de los ciclistas, a la vez que permite explorar y conectar con la naturaleza. ¿Te animas a descubrirla tú también?
Una ruta exigente
La travesía entre Bielsa e Isaba no es una ruta cualquiera: es un desafío físico de fondo que recorre el Pirineo, ideal para ciclistas con experiencia que buscan una aventura larga, variada y visualmente inolvidable.
Con un total de 210,77 km, esta ruta de solo ida exige preparación, constancia y buena forma física. El perfil combina largas ascensiones con descensos pronunciados y tramos de falso llano, sumando un desnivel positivo de 2.821 m y un desnivel negativo de 3.035 m. El punto más alto del recorrido alcanza los 1.288 m de altitud, mientras que el más bajo se sitúa en los 531 m, evidenciando los contrastes de relieve que se superan a lo largo de la jornada.
Aunque el trazado no presenta una dificultad técnica elevada, el reto reside en la distancia y el desnivel acumulado, que pueden suponer más de 10 horas de pedaleo. El recorrido está orientado a personas con experiencia en rutas de larga distancia, capaces de gestionar el esfuerzo durante toda la jornada.
De Bielsa a Isaba
El viaje comienza en el SNÖ Bielsa, a los pies del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, encarando la carretera A-138 hacia Aínsa. Esta primera toma de contacto es en bajada y transcurre por el lateral del río Cinca, hasta que en Aínsa se cruza con el río Ara. Es en ese punto donde dejamos la A-138 para dirigirnos a la A-2205, en sentido Margudgued. Poco después de este desvío, a los 35 km, se afronta el primer reto: pasar de los 547 m de altitud a los 662 en un ascenso de 3 km de distancia.
Un paso que solo sirve de advertencia de lo que vendrá próximamente, que no es otra cosa que la subida al puerto de Serrablo, a 1.259 m de altura. Para llegar hasta aquí, la N-260 nos sirve de conexión para alcanzar las serpenteantes carreteras de la A-1604 que nos conducirán al primer puerto de la ruta. No hay rampas duras, pero sí un ascenso largo, sostenido y sin apenas descanso, en el que apenas se encuentra tráfico.
Desde los 60 km de recorrido hasta los 95, aproximadamente, la travesía da un descanso a las piernas ofreciendo una bajada. Este camino de deleite entre la naturaleza nos lleva a encontrarnos con la N-330 antes de volver a adentrarnos en vías provinciales, como la HU-V-3011 a la altura de Baranguá hasta Jaca.
Aunque apenas aparece en los mapas turísticos, este tramo es puro disfrute para quienes buscan pedalear lejos del tráfico y cerca del paisaje. La vía, estrecha y con poco tráfico, atraviesa pequeñas localidades, como Navasa. A lo largo de la carretera se suceden curvas suaves, repechos y descensos. Llegados a este punto, habremos recorrido 112 km de la ruta. Tan solo a 10 km encontramos Jaca, un buen sitio donde parar a comer y reponer fuerzas.
En Jaca tomamos la carretera A-2605, que atraviesa valles y bosques con vistas panorámicas del Pirineo aragonés. En este recorrido encontramos localidades como Jasa y Aragüés, que pueden ser puntos de descanso. Siguiendo por la carretera, y cuando llevemos unos 20 km desde que dejamos Jaca, nos encontramos con el cruce con la A-176, que tomaremos en dirección a Hecho. Este municipio sirve de puerta de entrada a otros destinos ciclistas, como Ansó, hacia donde continuaremos la ruta, ascendiendo el puerto de 1.066 m de altitud, bordeando el barranco de Terit.
Será en Ansó donde nos desviaremos hacia la HU-V-2024. En esta travesía fluiremos por el lado del río Veral hasta llegar al collado de Argibiela, a 1.296 m de altitud. En este punto dejaremos atrás la comunidad autónoma de Aragón para pasar a rodar por territorio navarro. Por esta razón, la carretera cambia su nombre por el de NA-2000.
Llegados a este punto, encaramos los últimos 14 km de la ruta. Pero esta distancia es también exigente, ya que la pendiente media es del 4%, aunque en algunos tramos finales se asciende a un 7,5% de desnivel. Eso sí, el paseo por el valle del Roncal, con la tranquilidad y belleza natural que lo caracteriza, es el broche de oro para llegar a nuestro destino: SNÖ Isaba.
Opción alternativa: parada en Formigal
Esta ruta también está pensada para hacerla en dos días. Para ello, la opción alternativa sería salir de Bielsa y, a la altura de Jaca, buscar una ruta que te lleve hasta Formigal, donde poder descansar en los alojamientos de los que dispone SNÖ en esa localización. Desde allí, se puede reemprender la marcha hasta Isaba después de haber descansado.
Beneficios del SNÖ
La cadena SNÖ Hotels ha apostado decididamente por el cicloturismo, obteniendo el sello Bike-friendly en todos sus establecimientos. Por eso, tanto el alojamiento de Isaba como el de Bielsa están equipados con instalaciones y servicios específicos para ciclistas, como zonas seguras para guardar bicicletas y áreas de lavado. Además, si eres miembro del RACC, contarás con un 15% de descuento en la tarifa.