Sistemas de retención infantil: ¿qué debemos saber?

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Sistemas de retención infantil: ¿qué debemos saber?

Uno de los momentos más estresantes en la vida de padres y madres es cuando deben escoger el sistema de retención infantil (SRI) para el nuevo miembro de la familia, o actualizarlo según va creciendo. Elegir el adecuado para cada edad, peso y vehículo es la condición más importante para no sufrir percances y viajar tranquilos.

Los sistemas de retención infantil son los que comúnmente conocemos como sillitas o alzadores para coche, que sirven para proteger de lesiones graves en caso de accidente, frenazo o cualquier tipo de percance durante la conducción. Dichos sistemas deben estar adaptados al peso y la edad del menor, siendo obligatorio su uso hasta, al menos, los 135 cm de altura –hay países que obligan a tener una altura mínima de 150 cm– y una edad aproximada entre los 10 y los 12 años, dependiendo del físico de quien los vaya a usar. El cinturón de seguridad de un vehículo no es adecuado para sujetar a un menor, por lo que el sistema de retención infantil es obligatorio y, de no usarlo, sancionable.

Estos sistemas reducen en más de un 70% el riesgo de lesiones graves o muerte en un accidente, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero para que sean útiles, hay que usarlos correctamente y mantenerlos siempre en buenas condiciones.

Los niños deben ir siempre sujetos, por corto que sea el trayecto, con la silla bien anclada al pertinente sistema. También debemos tener en cuenta los sistemas de airbag de que disponga el vehículo, y evitar poner una silla a contramarcha sin antes haberlos desconectado. La revisión del SRI debe ser diaria, extremando la precaución sobre posibles piezas deterioradas, desgastadas o rotas. Debemos desechar todas las que no estén en perfecto funcionamiento o las que se hayan visto afectadas por un impacto.

El arnés debe ir siempre ajustado al cuerpo y bien amarrado a su anclaje, sin holguras, por lo que se debe evitar la ropa que pueda crear bolsas de aire entre el cuerpo y el cinturón.

¿Cómo elegir un SRI?

Para escoger el ideal, hay que tener en cuenta la edad, el peso y la altura del niño, siguiendo las indicaciones del fabricante, que nos dirá cuáles son las características de cada modelo. La sillita debe ser compatible con nuestro vehículo en cuanto a medidas y características, y ser apta para su sistema de retención, como el cinturón o el ISOFIX, dado que aún existen modelos antiguos sin este último (cualquier vehículo nuevo ya lo incorpora).

¿Qué tipos existen?

Actualmente nos regimos por dos normativas: según el peso, por la normativa europea (ECE R44/04), o según la altura, por el reglamento más reciente (i-Size o ECE R129). Este aspecto debe cambiar antes de finalizar este año 2025, en que pasaremos a regirnos únicamente por la R129.

Normativa ECE R44/04:

  • Grupo 0 (hasta 10 kg, aprox. 0-9 meses): cunas portabebés o capazos.
  • Grupo 0+ (hasta 13 kg, aprox. 0-15 meses): sillas a contramarcha.
  • Grupo 1 (9-18 kg, aprox. 1-4 años): sillas con arnés de cinco puntos, hacia delante o a contramarcha.
  • Grupo 2/3 (15-36 kg, aprox. 4-12 años): asientos elevadores con respaldo, usados con el cinturón del vehículo.

Normativa i-Size (ECE R129):

Esta normativa está basada en la altura del niño y no en el peso. Fomenta el uso de sillas a contramarcha, hasta al menos los 15 meses, siendo este un sistema de mayor seguridad, dado que la orientación es más segura. Con esta nueva norma se homologan los SRI de manera que se “universaliza” su uso en las plazas i-Size de cualquier vehículo, estandarizando y reduciendo la clasificación anterior. Para pasar esta clasificación se endurecen los sistemas de crash-test y se amplían a los golpes laterales, haciendo las sillitas más seguras.

Albert San Andrés para RACC.