Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, el aire acondicionado se convierte en un aliado indispensable para mantener nuestro hogar o negocio fresco y confortable. Sin embargo, para garantizar su eficiencia y evitar averías costosas, es fundamental realizar un mantenimiento preventivo antes de que el calor apriete. 

En este artículo te explicamos por qué es importante mantener tu aire acondicionado en buen estado, cómo hacerlo correctamente y cómo una buena prevención puede incluso ayudarte a evitar imprevistos que podrían afectar a tu bienestar… y a tu bolsillo. 

¿Por qué es importante hacer el mantenimiento de tu aire acondicionado? 

Realizar el mantenimiento periódico del aire acondicionado no solo garantiza un funcionamiento óptimo del equipo, sino que también previene averías costosas y alarga la vida útil del sistema. Un equipo limpio y bien ajustado consume menos energía, enfría de forma más eficiente y evita sobreesfuerzos en el compresor, uno de los componentes más caros de reparar o reemplazar. Además, mantener los filtros y conductos libres de polvo y suciedad ayuda a mejorar la calidad del aire en el hogar, algo esencial para personas con alergias o problemas respiratorios. 

Desde el punto de vista de la prevención, un aire acondicionado sin mantenimiento puede convertirse en un foco de problemas. Fugas de agua, cortocircuitos, malos olores o incluso riesgos eléctricos pueden surgir si no se revisan regularmente sus componentes. Estos incidentes, además de generar incomodidades en plena temporada de calor, pueden derivar en daños mayores que afecten a tu vivienda o bienes asegurados. Por eso, cuidar de tu aire acondicionado es también una forma inteligente de proteger tu hogar y evitar situaciones inesperadas que podrían acabar en una reclamación a tu póliza. 

Cómo hacer el mantenimiento del aire acondicionado de tu hogar 

Realizar un mantenimiento básico del aire acondicionado en casa no requiere ser un técnico especializado, pero sí es importante seguir algunos pasos clave para garantizar la seguridad y eficiencia del equipo. El primer paso es apagar el sistema y desconectarlo de la corriente eléctrica. A partir de ahí, se recomienda limpiar o reemplazar los filtros de aire, que suelen acumular polvo, polen y otros residuos que dificultan el flujo de aire y reducen la eficiencia del sistema. 

Otro aspecto esencial es revisar las unidades interiores y exteriores. En el interior, limpia suavemente las rejillas de ventilación y asegúrate de que no haya obstrucciones en los conductos. En el exterior, elimina hojas, suciedad o cualquier objeto que pueda bloquear la unidad condensadora. Además, comprueba que no haya señales de fuga de refrigerante ni ruidos anormales al volver a encender el equipo. Aunque estas tareas ayudan a mantener el sistema en buen estado, siempre es recomendable hacer una revisión profesional al menos una vez al año, especialmente antes del verano, para asegurar un funcionamiento seguro y duradero.