Estornudos en gatos: ¿resfriado o algo más?

Si tu gato estornuda, seguramente te preocuparás pensando que está enfermo, pero no siempre es así. Los estornudos, cuando son puntuales, pueden ser por cambios en el ambiente o simplemente una reacción puntual a algún olor.

De todos modos, es importante que como propietario sepas cuáles son las causas más comunes para que puedas actuar con rapidez si percibes que algo no va bien.

Las causas más habituales

 Hay que saber que los gatos suelen estornudar con frecuencia, ya sea por cambios de temperatura, alergias o pequeños virus.

• Resfriado: las corrientes de aire o los cambios bruscos de temperatura pueden hacer que el gato estornude puntualmente. No obstante, si el animal se muestra activo y no cambia su comportamiento, todo apunta a que no hay ninguna anomalía que nos deba preocupar.
• Alergias: los animales, al igual que las personas, pueden ser alérgicos. Y como nos ocurre a nosotros, los estornudos –y, en algunos casos, los ojos más sensibles– son la muestra más evidente de que hay algo que provoca una reacción en el cuerpo.
• Virus respiratorios: si, además de estornudos, percibes que el gato muestra problemas para respirar o que no le apetece moverse ni comer, es posible que tenga un virus o una bacteria que esté afectando su sistema respiratorio. Para evitar que vaya a mayores, acude al veterinario, especialmente si entra en juego la fiebre.

¿Cómo puedo ayudar a evitar los estornudos?

Si los estornudos son puntuales y no hay muestras de otros síntomas, podemos aliviar a nuestra mascota con gestos muy sencillos como:

• Evita las corrientes de aire: coloca su lugar de descanso o juegos en un sitio que sea cálido y donde no haya corriente de aire.
• Asegúrate de su hidratación: siempre debe tener agua en el bebedero y debes asegurarte de que la bebe. El agua hidrata el cuerpo y también hace que las vías respiratorias estén sanas, por lo que ayuda a prevenir afecciones respiratorias.
• Si detectas que hay algún ambientador que le provoca estornudos, evítalo.

Cuándo sí hay que acudir inmediatamente al veterinario

La mayoría de las veces, los estornudos no revisten mayor gravedad, pero aun así debemos observar si son continuos o no, o si van acompañados de alguna otra anomalía. Acude al veterinario cuando:

• Haya fiebre, mucosidad o cambios en su comportamiento. Pueden ser una señal de que tiene algún problema grave respiratorio y, en tal caso, necesitará la medicación que le prescriba el profesional.
• Los estornudos no sean algo puntual, sino que se repiten a lo largo de los días.
• Se trate de gatos muy jóvenes, sénior o con antecedentes, porque son los que tienen el sistema inmunitario más débil y cualquier pequeña infección puede complicarse y evolucionar a una enfermedad mayor.

Así pues, si se detecta a tiempo cualquier problema, más rápido se podrá intervenir no solo para aliviar las dolencias del animal, sino también para evitar que vaya a mayores.

Además, hacerle un chequeo periódico también es positivo para prevenir enfermedades y dotarle de los cuidados y atenciones que necesita, siempre con la supervisión de un especialista.

Este es el caso de Nino, el gato de Pol. Su dueño se percató de que en invierno su mascota estornudaba muy a menudo, así que llamó al servicio telefónico de RACC Mascotas para hacer la consulta. Gracias a esta llamada, Pol se enteró de que su gato era alérgico al polvo y pudo adaptar el espacio y sus cuidados sin necesidad de tener que medicarlo.

Historias como la de Nino demuestran que muchas veces los estornudos se pueden manejar en casa, siempre con información profesional de apoyo.

Y es que contar con expertos que te orienten sobre cuándo preocuparte y cómo cuidar de tu gato puede evitar complicaciones. Además, ahora lo puedes hacer sin moverte de casa gracias a que RACC Mascotas te ayuda a identificar si el caso es leve o requiere de visita médica.