
¿Acabas de dar la bienvenida a un nuevo miembro a la familia? ¡Felicidades! Ver entrar por primera vez a un cachorro o un gatito es uno de los momentos más especiales que se puede vivir en una casa.
Pero también es normal que esta ilusión de los primeros días dé paso a las dudas: ¿qué necesita mi mascota? ¿Se está adaptando bien? ¿Cómo la puedo ayudar? ¿Y si no lo hago bien? Por eso, estar preparado para la entrada de un nuevo miembro a la familia te ayudará a que la convivencia y la adaptación sean más sencillas desde el primer momento.
Preparar la casa: el primer paso para que el animal se sienta seguro
Antes de que llegue tu mascota, debes haber aclimatado el hogar a sus necesidades y haber previsto una serie de elementos necesarios para su crianza.
En primer lugar, es importante crear su espacio. En el caso de los perros, coloca su cama en un rincón tranquilo, que no sea zona de paso constante, y que esté protegida del frío y del calor. Si es un gato, prepárale la cama en un sitio elevado pero accesible, para que pueda subir y bajar cuando quiera.
También tienes que prever que estos animales, especialmente cuando son pequeños, son muy curiosos. Evita que puedan alcanzar cables, productos de limpieza, medicamentos o cosméticos. Y si tienes un balcón o ventanas, ponles una protección, como una celosía, para evitar sustos.
Asimismo, velando por su seguridad, comprueba que las plantas que tengas sean pet-friendly y, si no lo son, asegúrate de que no la pueda alcanzar.
En lo que respecta a sus propias necesidades, antes de su llegada debes haber adquirido el alimento específico para su edad, comedero y bebedero, correa, arnés o collar y, en el caso de los gatos, un arenero con la arena y la pala para su limpieza. Este debe ser colocado en un lugar tranquilo y, a su vez, alejado de los comederos. También es recomendable que tengan algún juguete resistente y seguro y un rascador para gatos.
Adaptación y rutina
Durante los primeros días en casa, nuestra mascota puede mostrar curiosidad y entusiasmo, pero también miedo. Para que su adaptación sea más fácil debemos acompañarla y crear rutinas.
Lo cierto es que no hay un tiempo determinado para la adaptación, cada animal marca sus ritmos. ¿Qué puedes hacer como propietario? No forzarlo ni someterlo a la presencia de muchas personas al principio. Y, sobre todo, hablarle con voz suave, para que se sienta seguro y perciba que está en un espacio amigable. Poco a poco se irá sintiendo mejor y esta interacción surgirá de manera natural.
Sin embargo, sí debemos establecer unos horarios que le ayuden a familiarizarse con las nuevas rutinas. Podemos pautar las horas de las comidas, de los paseos y también del descanso. Asimismo, el animal debe saber desde el primer momento cuáles son los límites y acatar unas normas de convivencia, como, por ejemplo, si está permitido subirse al sofá, dónde dormir, qué habitaciones tiene prohibidas… Siempre que tenga un comportamiento positivo, recompénsale.
Educación y vínculo emocional: una relación sólida desde el primer día
Los primeros meses de convivencia son esenciales para que el animal entienda cómo comportarse y sienta la confianza de su nuevo hogar y de todos sus integrantes. Cuando el ambiente es seguro y se les refuerzan los comportamientos positivos, los animales aprenden más rápido. Y esta recompensa no solo puede ser una golosina, sino también gestos más emocionales, como las caricias o las palabras suaves.
Y es que mantener una buena comunicación emocional es muy importante para establecer un vínculo único. Observa su lenguaje corporal porque te ayudará a detectar si está a gusto o si siente miedo.
A la hora de dirigirte a la mascota, hazlo con un tono suave y sin gritos, ya que estos crean inseguridad y confusión. E intenta ser coherente y constante con los límites que quieres marcar.
Para mejorar el vínculo entre ambos, intenta compartir tiempo más allá de los paseos. Juega con tu mascota, acaríciala o cepíllala para que sienta tu cariño y afecto. Además, esto no solo es beneficioso para los animales, sino también para los humanos: a los niños, convivir con una mascota les ayuda a fomentar la empatía y el sentido de la responsabilidad, y a los adultos, a reducir el estrés y a desconectar, por no hablar de la compañía incondicional que siempre brindan nuestros peludos.
Finalmente, recuerda que, a pesar de todas las ventajas mencionadas, tener un animal también conlleva una serie de responsabilidades. Con el Servicio de Salud y Bienestar del RACC, tu primera experiencia con una mascota será mucho más tranquila porque te ayudaremos a cuidarla, a prevenir problemas y a disfrutar juntos desde el primer día.
Redactora en RACC Blog. Periodista y comunicadora audiovisual con una década de experiencia en medios de comunicación tradicionales que ha dado el salto a la comunicación digital.
Aficionada al motorsport e interesada en la nueva movilidad, ahora indago y escribo sobre estos y otros temas en el blog.