
La llegada del invierno y los avisos de las bajadas de temperatura nos advierten de que es la hora de guardar la ropa más fina para sacar del armario los abrigos y las mantas. Un proceso lógico que ya hacemos de forma natural y periódica para protegernos. Al igual que nosotros, muchos animales también se adaptan a estos cambios de manera rutinaria. Si sois de los que tenéis mascotas, habréis comprobado que, por ejemplo, los perros y los gatos mudan de pelo. Pero esta no es la única transformación que hacen.
La muda de pelo: por qué ocurre y cuándo
Como hemos comentado, la muda es un proceso natural y estacional. Es una manera que tienen los gatos y los perros de prepararse para el invierno, ya que aumenta la densidad y textura del pelaje, ayudándoles a aislarse del frío.
En los perros, este cambio se hace más evidente, ya que sueltan una gran cantidad de pelo en muy poco tiempo. Sin embargo, en los gatos el cambio se hace de manera más progresiva.
A la hora de hacer el cambio, no solo influye el frío o el calor, sino que también entra en juego cómo cada animal entiende el cambio de clima. Por eso hay factores externos que les pueden afectar, como:
- La luz solar: la duración del día es clave. Si los animales detectan que el día se acorta, lo entienden como época invernal y, por ende, su mecanismo se prepara para el frío. Sucede lo contrario cuando los días se alargan: se preparan para el calor. Así pues, si nuestras mascotas están expuestas a luz artificial o a cambios bruscos de iluminación, puede ser que su sistema se altere y se produzcan cambios en el pelaje a destiempo.
- Contraste de temperatura: las mascotas que viven dentro de las casas sienten menos los contrastes de temperatura de las estaciones, por lo que la muda suele ser más suave pero prolongada durante todo el año.
¿Cómo cuidarlos durante la muda y el frío?
En este periodo, las necesidades de nuestros compañeros cambian un poco. Su organismo trabaja para adaptarse a los cambios y es el momento en el que nosotros podemos brindarles unos cuidados sencillos para ayudarles con esta transformación:
- Cepillado frecuente. Elimina el pelo muerto, evita nudos y, en el caso de los gatos especialmente, reduce las bolas de pelo.
- Ofrecerles una alimentación rica en ácidos grasos y nutrientes especiales (omega 3 y omega 6), ya que fortalece la piel y el pelaje.
- No descuidar la hidratación, para reducir la sequedad que puede provocarles la calefacción. Una ayuda extra sería humidificar el hogar.
- En perros pequeños, de pelo corto o con poca grasa corporal, a la hora de salir a la calle se les puede poner un abrigo para protegerles del frío.
- Evita que sufra cambios bruscos de temperatura.
- Para favorecer la circulación, incítales al juego y al movimiento, ya que en días fríos suelen moverse menos.
- En invierno, espacia los lavados, usa agua templada y jabones especiales.
- Si tras un paseo tu perro se ha mojado, sécale bien para evitar resfriados y también la aparición de hongos o enfermedades cutáneas.
- Si detectas que la caída del pelo es excesiva, acude al veterinario para hacerle la consulta.
¿Qué otras consecuencias puede tener el frío?
Además de la muda, el frío puede comprometer la salud de perros y gatos, afectándoles también en su comportamiento. Los efectos más habituales del frío son:
- Resfriados: como ocurre con los humanos, en las épocas más frías bajan las defensas y aparecen los resfriados y las molestias respiratorias. Los perros mayores o los más pequeños son especialmente sensibles y deben tener una atención especial (más abrigo al salir a la calle, nutrición especial…). Consulta a un especialista para prevenir.
- Daños articulares: en días fríos o húmedos hay más rigidez articular. Esta afección puede, además, ser dolorosa para los animales que sufren problemas articulares. Para reducir las molestias se puede optar por ponerles camas acolchadas, que les aislarán del frío, y también buscarles algo de abrigo.
- Si tu mascota vive en el exterior, seguramente necesite una protección extra. Que su lugar esté aislado del viento, la lluvia y la humedad es importante. Y esto se consigue elevando la casa unos centímetros del suelo. No obstante, si es posible, los días con temperaturas bajas, una solución es que pasen la noche dentro de casa o en un lugar más protegido.
- Ante cualquier síntoma de que tu mascota no está bien, acude a tu veterinario. Especialmente en días fríos, es importante pedir cita con el especialista si el animal no para de temblar aun estando en interiores, tiene alterado el sueño, estornuda constantemente, se evidencia una rigidez a la hora de moverse o se muestra más apático.
Factores que influyen en cómo tu mascota siente el frío
Cabe destacar que no todas las mascotas toleran el invierno de la misma manera. Factores como la edad, la raza o el estilo de vida influyen en cómo sienten el frío y en los cuidados que necesitan. Por ejemplo, los cachorros o los animales sénior tienen un sistema inmunitario más sensible, por lo que les cuesta más termorregularse. Y los galgos, los chihuahuas o los gatos de pelo corto toleran peor el frío frente a otras razas que están naturalmente más preparadas para el frío.
Como responsables de los animales, podemos:
- Preparar el hogar para evitar corrientes de aire, elevar las camas del suelo, usar mantas cálidas y controlar la humedad.
- Para los días más fríos o lluviosos, evitar las primeras horas de la mañana, secar bien patas y abdomen al volver a casa y vigilar signos de hipotermia, especialmente en animales sensibles.
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Redactora en RACC Blog. Periodista y comunicadora audiovisual con una década de experiencia en medios de comunicación tradicionales que ha dado el salto a la comunicación digital.
Aficionada al motorsport e interesada en la nueva movilidad, ahora indago y escribo sobre estos y otros temas en el blog.
