Qué es el mindfulness: beneficios y cómo practicarlo

En el día a día recibimos estímulos de todo tipo, los pensamientos no dejan de perseguirnos y encontrar un momento de calma puede parecer más un espejismo que una realidad. Sin embargo, el mindfulness busca enseñarnos que para el bienestar personal también hay que aceptar lo simple: parar, respirar y prestar atención plena al momento.
Esta técnica, que nos llega de la meditación budista, se está convirtiendo en una herramienta para reducir el estrés y mejorar la salud mental. Son muchos los que ya hablan del mindfulness, pero ¿qué sabemos de él?
A continuación, te explicamos sus beneficios, cómo puede transformar tu día a día y cómo incorporarlo en tu rutina.
¿Cuáles son sus beneficios?
Cada vez más profesionales de la salud recomiendan practicar mindfulness, porque entre sus beneficios están:
- Reducir el estrés y controlar la ansiedad: esta práctica busca centrarse en el momento presente, por lo que se evaden todas las preocupaciones pasadas o futuras, reduciendo el estrés y la ansiedad.
- Mejorar la concentración: te enseña a enfocar la mente en una sola tarea, lo que favorece la productividad y mejora la memoria de trabajo.
- Mejorar la calidad del sueño: con una buena práctica de mindfulness se reducen las preocupaciones, una de las principales causas de la alteración del sueño.
- Contribuir a la salud emocional: te permite tomar distancia de las emociones intensas y poder así tener un mayor autocontrol sobre ellas.
- Mejorar la salud física: es beneficioso para mantener una buena presión arterial y refuerza el sistema inmunológico.
Mindfulness en el día a día
Una de las grandes ventajas que tiene el mindfulness es que lo puedes adaptar, sea cual sea tu estilo de vida. Puedes incorporar esta atención plena a actividades cotidianas:
- Desayuna sin mirar el móvil y evita que los pensamientos interrumpan tu calma. Es el momento de saborear la primera ingesta del día y de tener unos minutos para ti.
- Camina despacio, dejándote impregnar por el sonido de tu respiración.
- Haz pausas conscientes, es decir, dedica unos minutos al día a respirar conscientemente.
Guía rápida para el mindfulness
Como se ha detallado en líneas anteriores, el mindfulness se puede practicar en cualquier momento del día, y dedicar unos minutos a una meditación formal ayuda a entrenar la mente. No necesitas experiencia previa ni un lugar especial, solo un poco de disposición y constancia.
No obstante, si te estás iniciando, es mejor buscar un lugar que sea tranquilo y te dé paz. Elige una posición que te sea cómoda (sentado en una silla o en el suelo…). Lo importante es mantener la espalda recta pero relajada. Cierra los ojos y dirige suavemente tu atención a la respiración. Toma conciencia de cómo el aire entra y sale del cuerpo y hace que se mueva el abdomen o el pecho.
Al principio puede costar, pero si la mente se distrae, vuelve a dirigir tu atención a la respiración.
Pasados unos minutos, los que consideres oportunos, abre los ojos lentamente y tómate unos segundos para ti antes de volver a tus actividades.
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