Híbridos enchufables, la revolución de 2020

Por: RACC Blog

La apasionante historia de la transición de los combustibles fósiles (gasolina o diésel) a las fuentes alternativas ha incorporado a un nuevo protagonista principal: los híbridos enchufables o PHEV (por las siglas de “Plug-in Hybrid Electric Vehicle”). Aunque no se trata de una tecnología nueva, su explosión en el mercado no llegó hasta 2020, gracias principalmente a la decidida apuesta de marcas de primera línea por esta opción de interesantes prestaciones.

La tecnología que más crece

El año 2020 fue muy complicado para el sector de la automoción, por el fuerte impacto de la pandemia en la cifra global de ventas. Sin embargo, los datos de matriculaciones de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) dejan reflexiones muy interesantes:

  • El número total de matriculaciones descendió un 32,3%. Sin embargo, frente a la fuerte caída de los vehículos de gasolina y diésel, las opciones alternativas crecieron un 26,7% (sumando eléctricos, híbridos, gas e hidrógeno). Con ello, en solo un año, pasaron de suponer el 12% de la cuota de vehículos nuevos al 22%.
  • La tecnología alternativa que más creció fue la de los híbridos enchufables, con un incremento del 214%: en 2020 se matricularon 23.301 unidades, frente a los 7.425 de 2019. Para ser rigurosos, los vehículos de hidrógeno subieron mucho más: un 600%, pero la cifra de unidades vendidas es más que testimonial (solo 7 en 2020).
  • Gracias a su incremento, los PHEV ya son la segunda tecnología alternativa preferida por los usuarios. El ranking de cuota de mercado en 2020 fue: híbridos no enchufables (16,14%), híbridos enchufables (2,74%), eléctricos puros (2,11%) y gas (1,54%).

Pueden parecer porcentajes todavía bajos, pero apuntan una tendencia a la que merece prestar atención…

“Lo mejor de los dos mundos”

BMW, uno de los fabricantes que apuesta con fuerza por los PHEV, define a esta tecnología con un lema muy claro: “Lo mejor de los dos mundos”. Los híbridos enchufables combinan un motor de combustión (gasolina o diésel) con un motor eléctrico y una batería de alto voltaje. La batería puede cargarse en un enchufe convencional, un sistema Wallbox (puntos de recarga rápida a instalar en un domicilio o garaje comunitario) o un punto de carga público.

Con ello, permiten disfrutar de las ventajas de esos “dos mundos”:

  • Motor eléctrico: ideal para desplazamientos diarios de recorrido medio, en entornos principalmente urbanos. Con la reducción del consumo y de las emisiones de CO2 propias de un motor eléctrico, con etiqueta ambiental 0 emisiones.
  • Motor de combustión, para afrontar trayectos puntuales de mayor longitud sin preocuparse por la autonomía.

Todo ello, en modelos con elevadas prestaciones en cuanto a confort y seguridad, que inicialmente se enmarcaron en segmentos altos del mercado, pero que, gracias a la progresiva ampliación de la oferta, ya llegan a nuevos usuarios.

 

Por un parque más sostenible

El progresivo éxito de estas soluciones combinadas es una excelente noticia en el objetivo común de avanzar hacia un parque de vehículos más sostenible. Es cierto que, por cuestiones muy diversas, la evolución de la movilidad eléctrica no ha avanzado hasta la fecha a la velocidad que se esperaba inicialmente. Entre otras cuestiones, por el lento desarrollo de infraestructuras de recarga y la desconfianza inicial de los conductores.

El panorama está cambiando en los últimos meses… La fuerte apuesta de las marcas por las energías alternativas permite contar en la actualidad con una oferta enorme, en la que cada usuario puede elegir la tecnología más adecuada a sus necesidades reales y contribuir activamente al objetivo de la sostenibilidad. Todo ello, sin renunciar a un uso racional del automóvil y a los niveles de confort de los que ya disfruta.