Consejos para un correcto mantenimiento del lavavajillas

El lavavajillas es uno de los electrodomésticos que más nos facilita el día a día. Sin embargo, no solemos prestar atención a su mantenimiento hasta que comienza a fallar. Esta falta de cuidados, además de producir incidencias y tener que llamar a los técnicos, también afecta a la hora de alargar la vida útil de esta máquina.

Por el ritmo frenético de vida que solemos llevar, casi no reparamos en la importancia que tiene la limpieza del lavavajillas. A continuación os vamos a dar unos consejos muy fáciles de ejecutar que, haciéndolos de manera constante, impedirán que tengamos problemas.

Limpiar el interior del lavavajillas

El jabón que se aplica en cada lavado no es suficiente para que nuestro lavavajillas esté limpio por dentro. Es más, los residuos que quedan pueden ocasionar problemas la siguiente vez que pongamos en marcha el electrodoméstico. Por ello, esta es la rutina que deberías seguir:

  1. En las bandejas se suele quedar agua acumulada que debemos eliminar por completo.
  2. En el caso de que en el dispensador quede algún residuo de jabón, también deberemos extraerlo y dejarlo completamente vacío.
  3. Tras estos dos pasos, pasaríamos una bayeta húmeda por todos los elementos del interior de nuestro lavavajillas. Así también terminaremos de absorber el agua que pueda quedar estancada.
  4. No cerraremos la puerta del lavavajillas hasta que el interior esté completamente seco.

Vigilar el estado de los filtros

La cal, el jabón o los restos de comida pueden obstruir los filtros. Como consecuencia, nuestra vajilla no quedará reluciente. Además, seguramente tampoco se haya vaciado el agua por completo, así que cuando abras la puerta, puede salpicar. Para evitar esto, es muy importante comprobar que los filtros están en perfectas condiciones. Para eso, recomendamos que, dos veces al mes, lleves a término estas acciones:

  1. Saca el filtro que hay en la parte inferior del lavavajillas y retira, cuidadosamente y a mano, los residuos que se hayan podido posar en él. Si queda alguna partícula más pequeña, puedes retirarla ayudándote de un cepillo.
  2. Lava el filtro con jabón y acláralo con abundante agua.
  3. Una vez finalizados los pasos anteriores, los filtros estarán listos para volver a colocarse.
  4. Para una limpieza más profunda, tras esto, podemos hacer un lavado sin jabón ni vajilla.

Prestar atención a los brazos rociadores

Como pasa con el filtro, la cal que queda alrededor de los orificios de salida de los brazos rociadores puede obstruir la salida del agua. Es recomendable que, de vez en cuando, nos acordemos de este elemento y también lo limpiemos a conciencia. Asimismo, debemos tener en cuenta que estos brazos son muy delicados y siempre deberemos manipularlos con cuidado para evitar su rotura.

Si la obstrucción es total, lo ideal es desmontar la pieza. En este caso, seguiremos en todo momento las indicaciones del libro de instrucciones, tanto para su limpieza como para el desmontaje.

Revisar los niveles de sal

¿Cuántas veces hemos escuchado que hay que rellenar el abrillantador o la sal? De hecho, es habitual que en el frontal del lavavajillas se encienda una luz cuando alguno de estos productos no está al nivel que se recomienda. Si el abrillantador solo sirve para que reluzca la vajilla, la sal, además de evitar que salgan manchas en nuestros vasos y platos, tiene una gran importancia en el correcto mantenimiento de nuestro electrodoméstico. Y es que la sal contrarresta la cal, por lo que ayuda a que tampoco se formen placas que obstruyan la salida del agua.

En las zonas donde el agua sea más dura, será todavía más necesario vigilar que el nivel de sal sea siempre el óptimo.

Comprobar la entrada de agua

De todos los pasos, quizá este es el que entraña una mayor dificultad, ya que para hacer la comprobación de la entrada de agua debemos retirar el electrodoméstico y desenchufarlo.

Podría pasar que teniendo limpios los filtros y los brazos rociadores, nuestra vajilla no saliera perfecta tras su lavado. Llegados a este punto, el problema podría estar ocasionado por un atasco en la entrada del agua. Para evitar esto:

  1. Desenchufa el lavavajillas y corta el agua.
  2. Retira la manguera y lava bien todos sus elementos.
  3. Vuelve a colocarlo.
  4. Abre el grifo y vuelve a enchufar el electrodoméstico.