10 aspectos para alargar la vida de tu moto

Por: RACC Blog

Evitar algunas averías no siempre es posible, pero con un buen uso de los elementos de nuestra moto, alargar su vida útil puede ser una tarea sencilla. Si seguimos diversos pasos en el uso diario de la moto, favoreceremos un correcto envejecimiento de la maquinaria sin daños extra que nos den quebraderos de cabeza.

Foto: LordHenriVoton

 

En el blog del RACC te hemos mostrado como vestir para ir en moto, qué tipo de casco necesitas o como limpiar el equipamiento. Llegados a este punto, nos centramos en la máquina y te damos diversas claves para alargar su vida útil.

Para ello, hemos escogido diez de las que creemos que son las acciones más importantes para alargar la vida de una moto. Algunos de ellos pueden parecer triviales, pero con su implementación evitaremos posibles problemas a la hora de un uso correcto de nuestro vehículo.

1. Leer el manual de usuario

Uno de los aspectos más básicos y que pocas veces hacemos es el de leer completamente el manual de usuario de nuestra moto. En él, además del uso correcto de esta, podemos encontrar cosas desconocidas que nos ayuden a mejorar su vida útil, como pueden ser los mantenimientos preventivos recomendados por el fabricante, los consejos de la marca, etc. Además, con su lectura siempre podemos aprender cosas nuevas que desconocemos, como el funcionamiento de algún elemento o cómo realizar correctamente alguna acción concreta.

 

2. Correcta elección de la moto

Es importante adquirir una moto adecuada para el uso que se le vaya a dar durante su vida útil. Esto nos ayudará a ahorrarnos muchos quebraderos de cabeza a la hora del mantenimiento y por averías. Como ejemplo, adquiriremos una escúter para circular por la ciudad, porque la ausencia de cambio de marchas nos ahorrará esfuerzos y hacer patinar el embrague, con la consiguiente avería futura. Una rutera de gran cilindrada para viajes por autopistas o trayectos largos nos será más efectiva que una escúter automática diseñada para ciudad. Como una trail para su uso por pistas, que nos dará más comodidad y versatilidad que una moto no preparada para ello.

Es algo evidente pero muy a tener en cuenta, ya que de ello pueden depender muchos factores en la vida útil de nuestra moto.

 

3. Mantenimientos preventivos

Foto: M_a_y_a

Tener los mantenimientos al día es una de las partes de mayor importancia en un vehículo, pero en una moto aún más, por su naturaleza. Gripar un motor por falta de aceite o que nos salte la cadena por falta de tensión puede provocar un accidente de graves consecuencias que se podría haber evitado con un simple mantenimiento.

Para ello, podremos consultar en el manual del fabricante los periodos de cada revisión y acudir a nuestro taller habitual para realizar dichos mantenimientos. Nos ahorraremos problemas y gastos extras innecesarios.

 

4. Revisiones periódicas de los componentes, los niveles y las presiones

Al margen de las revisiones pautadas por la marca, nunca está de más revisar periódicamente la moto. Aunque se lleven al día los mantenimientos, hay que tener en cuenta que una máquina puede fallar por un uso incorrecto, una pieza defectuosa o desgastada por el tiempo. Esto nos puede crear pérdidas de aceite en componentes como el motor o los amortiguadores, por lo que es aconsejable revisar el correcto funcionamiento de todos los elementos.

Desde la batería y la instalación eléctrica –buena carga y correcto funcionamiento de elementos como luces, bocina o arranque– al buen anclaje de los componentes de esta. Con el paso del tiempo puede darse el caso que existan piezas que se hayan aflojado –tuercas, tornillos, etc.– y deben ser fijadas correctamente para evitar percances. La tensión y el engrase de la cadena y el estado de los piñones también son una parte muy importante a revisar.

Es importante revisar diariamente los niveles de aceite, de líquido refrigerante o de frenos, sin descuidar la presión de las ruedas y su dibujo o la compresión de los amortiguadores.

 

5. Repuestos de calidad

Usar repuestos de calidad siempre es garantía de éxito. En los últimos años, el florecimiento de piezas compradas por internet y llegadas desde orígenes donde los controles de calidad no son los adecuados, pueden acarrearnos más de un problema. No es lo mismo montar una pieza original o su complementaria de marcas de calidad y origen de confianza, que hacerlo con algunas de origen desconocido.

Que se parta una palanca de freno por su baja calidad puede acarrearnos un buen disgusto y por regla general la durabilidad no suele ser la misma, por lo que, a la larga, invertiremos una mayor cantidad de dinero y tiempo que si adquirimos desde un principio la recomendada por el fabricante.

Lo mismo sucede con componentes de remplazo y consumibles como aceites, filtros o pastillas de freno. Siempre es mejor invertir un poco más en calidad para mantener el estándar de seguridad en óptimas condiciones.

 

6. Calentar el motor antes de iniciar la marcha

Foto: Bill Oxford

Las máquinas trabajan mejor a su temperatura y lubricación adecuadas. Este es un aspecto que se ha ido perdiendo con la llegada de las mecánicas de inyección directa y que con la carburación se respetaba más. Pese a que la inyección directa trabaja en alto rendimiento desde el arranque, siempre conviene esperar unos cinco minutos a que el motor llegue a su temperatura óptima de trabajo, con lo que la lubricación de las piezas será la más correcta para un perfecto rendimiento.

 

7. Conducción suave y eficiente

Una conducción suave y eficiente es la mejor manera de no forzar el conjunto mecánico de cualquier vehículo. Evitando forzar al máximo, se alargará la vida de nuestra moto. Por regla general, el manual nos indicará cuál es el régimen de vueltas óptimo para la utilización de una moto de marchas. En el caso de una sin marchas, no llevarla al extremo será suficiente.

Conducir sin forzar la mecánica –evitando el uso innecesario del embrague, pasarla de vueltas, cortes de inyección, etc.– nos garantiza una óptima duración de la mecánica, ya que si bien siempre puede averiarse por cualquier motivo, ayudaremos a que no lo haga por desgaste innecesario.

 

8. Lavados frecuentes

Lavar con frecuencia nuestra moto, además de por estética, nos servirá para evitar su deterioro. Este aspecto también nos permitirá descubrir posibles defectos en el vehículo y evitar la acumulación de suciedad en zonas que deben mantenerse limpias para su correcto funcionamiento. Pese a que la mayoría de motos modernas vienen ya con los componentes electrónicos sellados para evitar la entrada de agua, en un lavado a presión siempre hay que ir con cuidado con no mojar zonas que puedan retener la humedad. Siempre es recomendable lavar las motos más antiguas con el motor encendido, para que el calor haga repeler el agua y que no entre donde no debe (o que se evapore antes de causar daños).

Con una buena limpieza frecuente y un buen encerado, la pintura aguantará mucho tiempo sin deteriorarse, al igual que los plásticos o cromados que pueda tener.

 

9. Aparcar en garaje

Foto: pedrojperez

No siempre es posible, pero es ampliamente recomendable aparcar siempre en garaje para evitar daños en nuestra moto. En grandes ciudades es más frecuente de lo que nos gustaría encontrarte con la moto en el suelo tras aparcar en la calle, ya sea por incivismo, por accidente o por la acción del viento. Para evitarlo, nada mejor que un parking. Además de proteger nuestro vehículo del deterioro por las inclemencias del tiempo -sol, lluvia, viento, etc.–, también lo haremos de los amigos de lo ajeno.

 

10. Tener un buen seguro

Algo tan básico como tener un buen seguro es también vital para alargar la vida de nuestra moto. Talleres de calidad o la asistencia rápida pueden salvarnos en muchas ocasiones. Por suerte, con el RACC Moto puedes contratar un seguro de moto a tu medida.