Alternativas a los combustibles fósiles para vehículos

Por: RACC Blog

Sea porque el petróleo tiene fecha de caducidad y su precio se irá incrementando, porque las normativas sobre contaminación en muchas ciudades o a escala estatal o de la UE se están haciendo cada vez más duras, o porque la conciencia ecológica de la ciudadanía aumenta, los fabricantes de automóviles se han puesto las pilas y presentan propuestas con energías alternativas que cada vez son más interesantes. Es un paso imprescindible para convencer a los compradores, junto al interés real que muestren las administraciones y a precios de compra asequibles. Pongámonos al día con las alternativas a los combustibles fósiles.

alternativas a los combustibles fósiles

Eléctricos, la autonomía es fundamental, pero también los puntos de carga

Ha costado, porque los primeros vehículos eléctricos nacieron hace más de 150 años, pero la tecnología del siglo XXI no deja margen a excusas.

El objetivo es conseguir baterías más eficientes, menos pesadas y con nuevos materiales y, muy importante, que permitan su reciclaje.

La autonomía de los coches eléctricos ha ido incrementándose en los últimos años, podemos ver ya vehículos con 300 km de autonomía, como, por ejemplo, el Volkswagen e-Golf o el Nissan Leaf; de hasta 400 km, como el Renault Zoe; y, recientemente, se ha presentado el Opel Ampera-e, que alcanza, según los datos de la marca, hasta 520 km sin necesidad de recarga. Este coche se vende ya en Noruega, el paraíso de los eléctricos, pero de momento no se vende en España.

Estas cifras de autonomía normalmente no son reales en el uso diario, pero se van acercando. Eso es fundamental para conseguir que los coches eléctricos se conviertan en una opción real de compra como coche único en una familia, para cualquier tipo de recorrido.

El otro pilar para el éxito de los vehículos eléctricos es una verdadera red de carga rápida en la calle, en las empresas y en los domicilios donde sea posible.

Opel Ampera coche eléctrico

Foto: Opel Ampera-e

Híbridos, otra de las buenas alternativas a los combustibles fósiles

Los coches híbridos han sido en la última década una de las alternativas a los combustibles fósiles más interesante para los compradores con mentalidad ecológica pero que quieren un solo vehículo. Con un híbrido no te quedas “tirado” porque siempre tienes el motor térmico, que además permite ir recargando las baterías en algunas circunstancias, lo que se conoce como “frenada regenerativa”.

Emisiones muy bajas y autonomías muy amplias son, desde luego, un atractivo para pensar en estos coches. De todas maneras, tener que contar con doble propulsión, motor de gasolina o, en algún caso, diésel y eléctrico y el peso de las baterías, hace que el consumo sea semejante al que encontramos en algunos diésel actuales. En cualquier caso, que un coche de las dimensiones y prestaciones del Toyota Prius, que fue el primer híbrido fabricado en serie, consuma 3,3 litros a los 100 km de media está muy bien, como también las emisiones de 76 g/km.

Conforme vaya aumentando la autonomía de las baterías, los eléctricos puros ganarán terreno y veremos el futuro real de los híbridos.

Toyota Prius coche

Foto: Toyota Prius

Híbridos enchufables

Es una tercera opción para los compradores. A la tecnología híbrida tradicional, los fabricantes han añadido la posibilidad de recargar baterías directamente con un enchufe. La autonomía solo con eléctrico es muy baja, de 50 kilómetros en el mejor de los casos, pero permite ofrecer un consumo oficial homologado de 1,7 litros a los 100 km, consumo que se calcula partiendo de 0 con la batería eléctrica recargada, por lo que la realidad en el día a día es diferente. De todas maneras, un “enchufable” como el Volkswagen Passat GTE puede llegar a una autonomía de 1.100 km. En cuanto a las emisiones, y con cálculos también con la batería cargada, son de solo de 39 g por km.

Un SUV “enchufable” como el Mitsubishi Outlander PHEV está alcanzando niveles de ventas muy interesantes.

Vamos a ir viendo novedades entre estos vehículos, que mejorarán su presencia en el mercado conforme la autonomía eléctrica pura vaya aumentando.

Híbridos a gas, ¿una solución al alza?

Pueden funcionar con GLP, que es el gas licuado de petróleo, o con GNC, que es gas natural comprimido.

En los dos casos el conductor elige el combustible con el que va circulando, aunque, como es lógico, es mucho más conveniente circular con gas mientras se pueda, porque, por ejemplo, respecto a un diésel, de media gasta un 30% menos y respecto a un gasolina, un 50%.

Buena parte de los fabricantes disponen de oferta en coches a gas. Un buen ejemplo es el Audi A3 Sportback g-tron, que funciona a gasolina o gas natural, que consume 3,4 litros a los 100 de media y emite 92 g por kilómetro.

El único hándicap para estos coches es que de momento solo en las grandes ciudades encontramos estaciones de servicio de gas específicas para este tipo de vehículos. Pero algunas empresas están trabajando para extender muy pronto las estaciones de servicio a gas, y hacen bien, porque las ventas se han multiplicado en España por seis en los dos últimos años.

Audi A3 Sportback G-Tron coche

Foto: Audi A3 Sportback G-Tron

Pila de combustible de hidrógeno

Los coches de pila de combustible utilizan el hidrógeno para generar la electricidad necesaria para mover el vehículo. El motor eléctrico funciona gracias a un pequeño acumulador que almacena la energía en una batería y a la pila de combustible, que funciona gracias al hidrógeno, que, combinada con oxígeno, genera electricidad.

Dos fabricantes japoneses, Honda, con el Clarity, y Toyota, con el Mirai, se han adelantado al resto de marcas y fabrican coches de pila de combustible en serie.

Tienen 0 emisiones de CO2 porque emiten únicamente vapor de agua, pueden repostarse en solo 3 minutos y consiguen una autonomía de hasta 650 km.

El problema es que instalar “hidrogeneras” para repostar es complicado y, por ejemplo, en España todavía no existen, aunque se han hecho algunas pruebas.

Honda Clarity Fuell Cell coche

Foto: Honda Clarity

Otros combustibles

Los fabricantes de automóviles buscan alternativas a los combustibles fósiles, y algunas son realmente imaginativas. SEAT acaba de presentar un coche que se puede mover con energía procedente de aguas residuales. Este biocarburante emite un 80% menos de CO2 que un motor de combustión y se puede utilizar en coches movidos por GNC (gas natural comprimido).

Habrá que esperar cómo evoluciona este peculiar combustible. Mientras, ¿dispones de suficientes alternativas a los combustibles fósiles? Sin duda, nos encaminamos hacia una movilidad más limpia.