La mirada experta de los medios de comunicación sobre la movilidad

La movilidad, que interesa mucho a los usuarios porque les afecta en su día a día, se ha convertido en un tema cada vez más relevante en los principales medios de comunicación. Hemos preguntado a Enric Sierra, director adjunto de La Vanguardia, y a Carlos Márquez, periodista experto en movilidad de El Periódico, cómo ven, desde sus diarios respectivos, la situación actual de la movilidad en Barcelona y su área metropolitana y cómo deberían afrontarse los retos de futuro.

POR M. JOSEP CORAL

Nos gustaría empezar con una pregunta sencilla, a modo de introducción. ¿Cómo habéis venido hoy a la sede del RACC? ¿Y cómo os movéis habitualmente por la ciudad?

Enric Sierra: Yo he venido en el tranvía. Utilizo el transporte público en Barcelona, pero vivo en el Maresme y para entrar en la ciudad voy en coche. Si surge un imprevisto de última hora en el trabajo, no llego al último tren. Y volver en el bus nocturno es un infierno. Va lleno como el autobús urbano, con gente de pie y a toda velocidad por la autopista.

Carlos Márquez: He venido en moto. Vivo en Barcelona y, según el día, cojo la moto o la bici plegable. Como la gran mayoría de ciclistas, hace años me robaron la bicicleta y decidí invertir en una buena bici plegable. Y también tengo una Scoopy de 300 cc.

¿La movilidad tiene suficiente protagonismo en los medios de comunicación?

Carlos Márquez: En nuestro diario tiene mucho peso. Despierta interés, cualquier cambio en la movilidad trastoca la vida de mucha gente. Antes solo hablábamos de urgencias: un tren averiado, un carril cortado en la Ronda, la huelga de taxis… pero ahora la gente pide análisis, interpretación, datos, que
tratemos la movilidad con un tono “científico”, como hace el RACC en sus estudios.

Enric Sierra: En nuestro caso, es un tema recurrente al que dedicamos mucho espacio. Los lectores nos lo piden, y también que hagamos cierto pressing para que las administraciones expliquen intervenciones que afectan a los usuarios, como el carril bici de Via Augusta, el túnel de Glòries o el colapso de la AP-7. Los
medios tenemos una misión de servicio público, trasladar a las administraciones elementos de debate para incidir en sus decisiones y ayudar a encontrar soluciones que satisfagan a todas las partes.

¿Cuál creéis que es el problema más grave de movilidad que tiene Barcelona?

Carlos Márquez: La distribución urbana de mercancías. Junto al taxi, son los dos sectores de la movilidad que menos han evolucionado en los últimos 50 años. El 20% de los vehículos que circulan por la ciudad son comerciales o furgonetas, y lo único que ha hecho el Ayuntamiento es una aplicación de móvil para controlar los tiempos de carga y descarga en lugar del antiguo disco horario de cartón.

Enric Sierra: Para mí, el gran problema es el dogmatismo, creerse en posesión de la verdad absoluta. Los políticos deben tomar decisiones avaladas por informes técnicos muy bien fundamentados. Si las toman avant la lettre, sin tener en cuenta la opinión de los técnicos o haciendo que sus informes les sean
favorables, se generan problemas. Cuesta mucho creer que técnicos con experiencia estén de acuerdo en combinar la parada del autobús con un carril de patinetes y bicicletas, como pasa en Via Augusta, o que para tirar la basura al contenedor o entrar en un taxi tengas que cruzar un carril bici.

¿Cómo veis el proyecto de unión del tranvía?

Enric Sierra: Se ha vendido como el gran unificador metropolitano, y eso no es correcto. Nadie se planteará ir en tranvía de Esplugues a Glòries. Un tranvía es un tren. No tiene mucho sentido colocar vías de tren en medio de la ciudad cuando hay otras soluciones más baratas y flexibles.

Carlos Márquez: No sé si está bien o mal estudiado, pero no he visto nunca un proyecto tan analizado como la unión del tranvía, con volúmenes y volúmenes de informes. Está todo calculado, también la afectación en el tráfico transversal que cruza la Diagonal. Después, la ciudad es volátil. El estudio puede decir que con el tranvía se sacarán miles y miles de coches de la circulación. Y eso quizás pase o quizás no.

¿Se está demonizando el uso del vehículo privado?

Enric Sierra: Es culpa del discurso político. Cuando dices que los conductores de coches o furgonetas matan a niños por la contaminación generas un sentimiento de culpa a personas que llevan un vehículo que no pueden cambiar, porque no tienen dinero, pero que lo necesitan para moverse. Estas personas no pueden entender que ellos sean los “malos” y que otros usuarios sean los “buenos” aplaudidos por una determinada ideología.

Carlos Márquez: Es verdad que hay una cierta izquierda convencida de que tiene la razón y que utiliza un lenguaje con el que determinada gente puede sentirse agredida. También es cierto que había que romper un modelo heredado de los años sesenta y setenta, cuando el coche era símbolo de prosperidad. Esa rotura, iniciada con el Bicing, quizás se podía haber hecho de manera más amable, pero es difícil que una bicicleta de quince kilos conviva de manera amable con
un coche de 900…

Hablando de movilidad ciclista, supone un 3% de los desplazamientos en la ciudad y ocupa un espacio público muy superior…

Carlos Márquez: Por la circulación inducida. Los Ángeles hizo más carriles en la autopista para ganar fluidez, y el resultado fue el aumento de la circulación: más gente cogía el coche porque había más espacio. Yo respaldo la apuesta política por la bicicleta. Y si quieres que la gente vaya en bicicleta, necesitas una infraestructura segura, y en el RACC eso lo habéis estudiado y habéis hecho encuestas con los usuarios que así lo dicen.

¿Hay demasiada exigencia con las obligaciones de los ciudadanos y poca autoexigencia de las administraciones con sus obligaciones, como las inversiones en Rodalies y otras infraestructuras?

Enric Sierra: La política existe para hacer la vida más fácil a los ciudadanos, y eso implica construir un país a 15 o 20 años vista, y no pensando en las próximas elecciones. Esta visión a largo plazo no existe desde hace años, por eso estamos llegando al colapso. Sin tener suficiente transporte público, le dices a la gente que no puede coger el coche, incluso si no contamina. Complicamos la vida a los ciudadanos sin ofrecerles ninguna solución.

Carlos Márquez: El economista Richard Murray dice que los políticos deben tomar decisiones que generen efectos cuando ellos ya no estén. Ahora se vive en el corto plazo por la pérdida de las mayorías. La política de pactos penaliza las decisiones a 15 o 20 años vista, porque no generan ganancias políticas y mediáticas inmediatas.

Enric Sierra: De hecho, los responsables de Rodalies te dicen que las grandes inversiones que se están haciendo ahora en Cataluña no supondrán ningún gran salto cuantitativo ni cualitativo a medio plazo, solo servirán para poner al día un retraso de 14 años en los que no se ha hecho nada.

Según un estudio del RACC, un 80% de personas que circula en coche por el Eixample viene de fuera de Barcelona y 7 de cada 10 dicen que no tienen alternativa en transporte público.

Carlos Márquez: Todo el mundo puede reivindicar su derecho a la movilidad privada, pero la ciudad debe gestionarse y tenemos niveles de contaminación inquietantes. La gente que se marcha fuera para tener más verde no puede pretender que le pongan una parada de tren delante de casa. Y creo que se les puede pedir un pequeño esfuerzo, que opten por una movilidad más sostenible. Te puedes creer o no los estudios que vinculan 3.000 muertos cada año en el área
metropolitana con la polución. Pero que tenemos una contaminación muy bestia no es necesario demostrarlo… la ves.

Enric Sierra: La gente se va a vivir fuera a menudo expulsada por el nivel de vida y los precios de las viviendas en Barcelona. Si no vinieran cada día a trabajar, la gran ciudad se convertiría en un pueblo. Vienen a crear riqueza y no saben cómo moverse. Es muy noble la voluntad de tener un planeta mejor, pero eso tiene que hacerse de manera viable, realista, la gente necesita ir a trabajar, a estudiar…

¿Para finalizar, qué pediríais al nuevo alcalde de Barcelona?

Carlos Márquez: Mejorar la carga y la descarga, como he dicho. Y combatir la división en bandos, en trincheras, en la que se ha convertido la movilidad entre automovilistas, motoristas, taxistas, ciclistas, patinetes, peatones… Si la gente relaciona las decisiones de movilidad con un determinado posicionamiento político, todo se complica. Y añadiría la seguridad vial. Me parece inquietante que siga muriendo gente en accidentes de tráfico en Barcelona, sobre todo usuarios de motos.

Enric Sierra: Que abandone el dogmatismo, que escuche más a los técnicos, que escuche a la ciudad y que piense a lo grande, no solo en los 1,6 millones de residentes. Bajando al detalle, si hay medidas que claramente no han funcionado, que no le tiemble la mano para revertirlas y buscar una solución. Y que vuelva a poner los pies en el suelo. La crisis climática es urgente y seguro que encontramos maneras de abordarla de forma consensuada.

Experiencias exitosas con el sello de Barcelona

Los barceloneses somos siempre críticos con nuestra ciudad, pero es cierto que en temas de movilidad hay actuaciones positivas y modelos que pueden exportarse. ¿Hay alguna medida en este ámbito que destacaríais?

Enric Sierra: Para mí, las líneas ortogonales de bus han sido un gran acierto. Y la coordinación semafórica de Barcelona, la denominada “ola verde”, era ejemplar, otro gran acierto… que ahora se ha perdido. El Ayuntamiento la ha cortado expresamente para que los vehículos no cojan velocidad.

Carlos Márquez: Yo diría el Bicing, que se creó en el 2007. Fue el elemento que empezó a cambiar la movilidad urbana. De hecho, fue un retorno de la bicicleta, porque si miras vídeos de los años veinte, ves a un montón de ciclistas circulando por la ciudad.