Cómo sacar todo el partido a tu horno eléctrico

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El horno es uno de esos electrodomésticos que prácticamente está en todas nuestras cocinas pero que, normalmente, su uso queda relegado a momentos puntuales.

Debido a esta falta de costumbre en su utilización, puede que no sepamos cómo sacarle todo el rendimiento. ¿Hay que precalentar siempre? ¿Dónde se coloca la bandeja? ¿Cuándo es mejor emplear una rejilla?

Si estas son algunas de las dudas que te surgen cuando enciendes el horno, ¡continúa leyendo para disiparlas!

Precalentamiento

Con este paso previo conseguiremos que el horno tenga la temperatura que queremos justo en el momento de introducir la comida. Si el horno está frío y va alcanzando la temperatura con los alimentos en su interior, es muy posible que la cocción no se haga de manera homogénea. Como consecuencia, el plato no quedará en el punto que buscamos y también se perderán los jugos.

¿Dónde se coloca la rejilla?

Una vez que el horno está precalentado y vamos a meter la rejilla o bandeja, nos puede surgir la duda de a qué altura es la mejor. No siempre será la misma, ya que dependerá de lo que queremos cocinar, puesto que hay alimentos que requieren estar más cerca de la fuente de energía, y por lo tanto, se deben colocar más arriba, y otros que es mejor posicionarlos más lejos. Así pues: 

  • Arriba se colocan los alimentos que tengan un cocinado rápido, los que solo requieran un toque dorado o gratinado.
  • La altura media es la más adecuada para la repostería.
  • Mientras que la inferior es la óptima para asados lentos, donde se requiera mucho tiempo de cocinado.

Rejilla vs bandeja

Otro de los grandes conflictos es si colocar el alimento en una rejilla o una bandeja. Si prevemos que se van a desprender jugos, es mejor utilizar una bandeja y así no se ensuciará ni se estropeará el horno.

  • La rejilla es ideal para los productos que necesiten calor por arriba y por abajo.
  • Las bandejas planas son las perfectas para la repostería, ya que se reparte el calor de manera equitativa.
  • Las bandejas profundas son las adecuadas para mantener los jugos de los alimentos y para asar piezas grandes.

Mantener la puerta cerrada

Es imprescindible que durante todo el tiempo de cocción la puerta del horno permanezca cerrada. Cuando se abre, la temperatura desciende y el cocinado no tendrá el mismo resultado. Para comprobar cómo evoluciona la comida, es recomendable mirar a través de la ventana de cristal con la que está provista el horno.

Limpieza

Un correcto mantenimiento del horno no solo hará que la cocción sea perfecta y que los alimentos salgan con buen sabor, sino que también ayudará a que este electrodoméstico dure más tiempo.

Hay hornos que disponen de la limpieza pirolítica, que facilitan la tarea de su limpieza. Pero lo cierto es que esta función no es necesaria ponerla en marcha cada vez que se usa el horno.

Para mantenerlo cuidado basta con cumplir estos tres pasos: limpiar las manchas de grasa y retirar los restos de alimentos antes de que se sequen, utilizar un estropajo metálico para eliminar los restos más incrustados, y, finalmente, con un trapo, un poco de lavavajillas y agua templada limpiar el interior, sin olvidar la puerta y las guías de la rejilla.