Revisa tu coche antes de salir de viaje este verano, la seguridad está en juego

Por: RACC Blog

Antes de salir de viaje, el coche debe estar en perfectas condiciones, lo que hace imprescindible que realices una revisión antes de ponerte en marcha. Y lo más aconsejable es que lo dejes en manos de especialistas. Aquí tienes los elementos que hay que tener en cuenta:

Frenos

Son uno de los componentes más importantes para la seguridad de tu vehículo porque pueden salvarte la vida, la de los ocupantes y la de otros usuarios de la vía.

El mecánico mirará si el nivel del líquido es el adecuado. Conviene cambiarlo cada dos años, pero si se ha detectado alguna anomalía, también debe ser sustituido.

Y es imprescindible mirar el estado de las pastillas y el de los discos o del tambor si el coche los lleva.

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Neumáticos y dirección

Lo habrás oído muchas veces: el neumático es el único elemento del vehículo que mantiene contacto con el suelo. Y es así; su correcta adherencia es fundamental, sobre todo a la hora de frenar o de tomar una curva.

Además del equilibrado, la presión es igualmente importante. Tienes que seguir las indicaciones del fabricante (suelen estar en la puerta del conductor o en la tapa del combustible, y se deben mirar en frío) y estar atento a las presiones diferenciadas cuando el vehículo va a carga máxima. Tampoco debes olvidar mirar la de la rueda de recambio.

En cuanto a la profundidad del dibujo, según la Ley debe estar a 1,6 mm.

En la revisión, hay que comprobar también que la dirección esté en perfecto estado.

Amortiguadores

La suspensión es primordial por dos cuestiones; una, por la comodidad, ya que unos amortiguadores en mal estado provocan un viaje desagradable y con posibles mareos. Pero es más importante porque afectan a la seguridad en cualquier vía porque pueden aumentar la distancia de frenado, y concretamente en carretera, en zona de curvas, porque te pueden dar un susto y provocar un accidente.

A los 30.000 km tienes que revisarlos, pero conviene que antes de un viaje largo los revises sin llegar a esa cifra, porque el aceite interior puede tener alguna fuga.

A partir de los 50.000 kilómetros, mejor cambiarlos.

Luces y batería

Es necesario que las luces funcionen bien y tengan la intensidad necesaria. Los faros deben estar alineados y el resto de elementos, como luces de freno e intermitentes, son igualmente importantes.

Hasta 2011 era preceptivo llevar lámparas de repuesto, pero debido a que la mayoría de los coches modernos tienen sistemas que hacen difícil para el usuario cambiarlas, dejó de ser obligatorio. Pero es aconsejable que si tienes un coche que lo permita, lleves un juego de recambio.

En cuanto a la batería, algunas son sin mantenimiento, pero aun así, mejor que el mecánico compruebe si funciona correctamente. Y para las que sí que lo necesitan, hay que verificar los niveles de los vasos y que los bornes estén bien.

Niveles y filtros

Además del líquido de frenos, es fundamental comprobar el nivel del aceite (siempre en frío), el líquido de la dirección asistida, el de refrigeración e incluso el del limpiaparabrisas.

Los filtros también los debes revisar. El del aire influye en el funcionamiento correcto del motor y puede aumentar el consumo. El del polen hace que no entren en el habitáculo partículas contaminantes, y no olvides el del combustible, que influye en el deterioro del motor.

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Creatividad: Ferran Morales