Estrategia Estatal por la Bicicleta: ¿el impulso definitivo al uso de la bici?

Por: RACC Blog

“Impulsar el uso de la bicicleta desde todos sus ámbitos: movilidad cotidiana, ocio, deporte, turismo y cadena de valor de la industria”. Este sería, en resumen, el objetivo de la Estrategia Estatal por la Bicicleta, aprobada por el Gobierno de España en junio de 2021.

El plan sitúa a la bicicleta como un pilar clave para (citamos textualmente) “avanzar en una movilidad más sostenible, más respetuosa con el medio ambiente, más segura y más eficiente económicamente”. Para cumplir este objetivo general, la Estrategia Estatal por la Bicicleta plantea cinco prioridades, que “se impulsan a través de 10 áreas temáticas, de las que se derivan un compendio de 28 bloques de acciones, que suman más de 150 acciones concretas”.

 

Las cuatro propuestas de mayor impacto

Todos los niveles de actuación del programa pueden consultarse en la página web de la Estrategia, pero destacamos a continuación las propuestas que más han llamado la atención en su presentación:

1. Formación en el ámbito escolar

El plan recoge explícitamente uno de los principios de prácticamente cualquier actuación en el campo de la movilidad y la seguridad vial en la actualidad: la formación de los futuros usuarios. Por ello, plantea la necesidad de formar a los escolares en el manejo de la bici y la educación vial, integrando actividades de seguridad vial en el currículo escolar. Lógicamente, este punto incluye también formación a progenitores y profesorado.

 

2. Fomento de la bici como medio de transporte al trabajo

Otro aspecto de especial relevancia, por su impacto en la vida cotidiana, es el fomento de la bici para desplazarse al trabajo. En línea con las iniciativas impulsadas en otros países europeos, se plantea modificar la normativa fiscal para que las compañías puedan ofrecer bicicletas como medio de transporte y se consideren renta en especie. Esta categoría solo se aplica, en la actualidad, a los coches de empresa.

Junto con la modificación fiscal, el objetivo es promover que las empresas desarrollen planes de movilidad ciclista en los desplazamientos de sus trabajadores a los centros de trabajo. Estos planes pueden incluir incentivos (económicos o en forma de flexibilidad de horarios, entre otros) y cursos sobre movilidad y uso seguro de la bicicleta.

 

3. Desarrollo de una red de infraestructuras ciclistas interurbanas

La actuación transversal en el uso de la bicicleta que propone la Estrategia incluye también el desarrollo de “una red estatal básica, continua y homogénea de infraestructuras ciclistas interurbanas”. Más específicamente, se citan acciones de conservación y mantenimiento de vías, eliminación de tramos de concentración de accidentes, adaptación de las vías de acceso a las ciudades o desarrollo de infraestructuras en áreas periféricas y con riesgo de exclusión social.

Uno de los aspectos más destacados en este punto es la creación de estacionamientos obligatorios para bicicletas en viviendas nuevas, lo que obligaría a modificar el actual Código Técnico de Edificación. En el mismo sentido, recoge también el objetivo de facilitar la instalación de aparcamientos en estaciones de transporte público, viviendas, comercios, centros docentes, oficinas y edificios públicos.

 

4. Apuesta por la intermodalidad: bicicleta + transporte público

Relacionada con el punto anterior, el plan pone especial relevancia en el fomento de la intermodalidad, entendida como la combinación entre el uso de la bicicleta y de las diversas opciones de transporte público. Junto con la instalación de aparcamientos específicos en las estaciones de transporte público, el otro pilar de este punto es el desarrollo de soluciones de abonos de transporte o billetes integrados con los sistemas de bicicleta compartida.

También se englobaría en este ámbito una normativa de uso que permita el transporte de bicicletas en las diversas opciones de transporte público (principalmente, los trenes).

 

Una actuación transversal, con la implicación de todos

Como puede verse, todas estas actuaciones implican la participación de agentes muy diversos. De ahí que una de las palabras clave de la Estrategia sea “transversalidad”. El mismo texto del plan reconoce que su desarrollo implica la participación y colaboración de todos los niveles de la administración pública (ministerios, comunidades autónomas y entidades locales), además de asociaciones del sector empresarial, de la sociedad civil y del ámbito académico.

Sea como sea, se plantea como una acción imprescindible. Especialmente, si se tienen en cuenta los beneficios de la bici a distintos niveles. Como recoge también el mismo texto de la propuesta, el impulso del uso de la bicicleta contribuye al cumplimiento de los retos de desarrollo sostenible a nivel global (Agenda 2030).

En concreto, señala la aportación de la bici a ámbitos como la salud (mejora de la salud física y mental), la movilidad (reducción de la congestión y mejora de la seguridad vial), la economía (generación de empleo o impulso de la economía local y rural), el medio ambiente (descarbonización de la movilidad, reducción de contaminación acústica, etc.) y la equidad (facilita el derecho a la movilidad de todas las personas).